Prefacio

Existe en conservación un axioma al que siempre hacemos referencia ya que fundamenta nuestro interés por educar en ciencias biológicas y que además resulta particularmente pertinente en el caso de la realización de este trabajo:

“no se cuida lo que no se ama y no se ama lo que no se conoce”

De acuerdo a ello, para conservar la naturaleza se requiere del conocimiento de su importancia para nuestras vidas. Las nuevas generaciones, los niños y jóvenes de hoy y los que vengan, sufrirán de manera creciente las consecuencias de la degradación ambiental y la pérdida de biodiversidad en las más importantes ecorregiones del mundo y por supuesto, también en las de nuestro país. Surge entonces la necesidad de que en los currículos escolares y, desde diferentes asignaturas, se introduzca de una manera adecuada el concepto de conservación biológica de cuya comprensión depende la manera en que las personas nos relacionamos con el ambiente. Ya estamos padeciendo los efectos del cambio climático, la extinción de especies, los incendios recurrentes, la contaminación ambiental, etc. Estos procesos van en aumento debido a nuestro estilo de vida e irresponsabilidad por el uso abusivo de los bienes naturales.

Debido a que el Centro de Zoología Aplicada está ubicado en el Jardín Zoológico de la ciudad de Córdoba, cuando ingreso al lugar para concurrir a mi trabajo me encuentro frecuentemente con contingentes de niños de todas las edades procedentes de escuelas de la ciudad y el interior. Vienen a visitar el Zoológico y son acompañados en el recorrido por guías de la empresa a cargo de su administración, quienes están entrenados para tal fin. No puedo evitar mirar a los chicos y escucharlos preguntar: ¿Donde está la jirafa? ¿Vamos a ver los hipopótamos? ¿A esta hora están despiertos los leones? y otras preguntas parecidas.

Queda claro que a los niños y jóvenes visitantes les encantan los animales y quieren conocerlos cuando visitan el Zoo; el problema es que nunca escucho preguntar, por ejemplo: ¿Dónde está la corzuela? ¿Vamos a ver un tapir? ¿Hay cóndores en el Zoo? En realidad, no preguntan por animales de nuestra fauna porque no los conocen. Sinceramente, esta realidad me provoca frustración y preocupación. ¿Cómo van a interesarse nuestros jóvenes por la naturaleza y su conservación, si ni siquiera conocen a los representantes más carismáticos de nuestra fauna?

Finalmente, me di cuenta que desde nuestro centro de investigaciones debíamos aplicarnos más a dar a conocer la fauna local. Si bien venimos realizando algunas publicaciones en ese sentido a través de nuestra Serie de Educación Ambiental que muestra dibujos de los animales vertebrados más frecuentes de la provincia de Córdoba, estas acciones no son suficientes. No sólo se trata de mostrar una imagen, se debe explicar dónde viven nuestros animales silvestres, porqué son importantes, qué tipo de hábitat necesitan para desarrollar sus poblaciones, porqué algunas especies están extintas y otras en ese camino, etc. Por estas razones, precisamente, se ha preparado este trabajo cuyo objetivo es intentar avanzar en la difusión del conocimiento de la fauna de vertebrados de la provincia, pero contextualizado en las problemáticas de nuestra realidad regional, ambiental y socioeconómica. Esto significa que de la mano de la fauna se exploran las causas y consecuencias de la degradación ambiental de la provincia.

La obra está destinada especialmente, aunque no exclusivamente, a los profesores de Biología y materias afines de la Enseñanza Media. Recorremos las ideas de biodiversidad y su importancia para el hombre a través del enfoque de la Biología de la Conservación. Se presentan la fauna por ecorregión, debidamente caracterizada, los problemas de conservación, las estrategias modernas para conservar la naturaleza y su importancia y vinculación con el sostenimiento de nuestras sociedades.

Los que participamos en la preparación de este trabajo somos conscientes, sin embargo, de que los currículos educativos oficiales no contemplan el tema de la conservación de la biodiversidad específicamente, por eso se ha presentado la temática de una manera transdisciplinar, lo que se corresponde con la Biología de la Conservación. Este enfoque tiene dos características principales: por un lado, le permite al docente incluir estos temas según su criterio porque son flexibles y transversales y pueden ser abordados desde diferentes disciplinas y por el otro, es claramente antropocéntrico a los fines de poner énfasis en nuestra dependencia de los sistemas naturales; por ello es que señalamos los temas éticos implicados.

Asimismo, se ha incluido una serie de actividades posibles para trabajar en el aula que no son más que propuestas que pueden adecuarse a juicio de cada profesor siguiendo el criterio de transdisciplinaridad planteado en el párrafo anterior. Por lo tanto se espera que profesores de geografía, historia, economía, ética, etc, también puedan utilizar estas ideas. Más aún, sería estupendo que profesores de distintas materias organizaran actividades conjuntas para abordar los temas que proponemos.

En cuanto al soporte e-book utilizado, éste fue elegido por diferentes razones prácticas. Es barato, fácilmente transportable y se pueden hacer desde el mismo las proyecciones de las imágenes que los docentes necesiten para ilustrar sus clases. Del mismo modo, nos va a resultar más fácil incorporar las correcciones y actualizaciones que a no dudar serán necesarias en el futuro.

Por ser los autores docentes e investigadores del Centro de Zoología Aplicada de la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, estamos cerca, así es que los profesores que utilicen este material nos pueden hacer llegar sus opiniones, sugerencias e ideas que puedan mejorarlo. Con gusto los escucharemos y trataremos de incorporar su enorme experiencia. Para ello, en los créditos, se aporta la información necesaria para que puedan comunicarse con nosotros.

Finalmente, espero que se hayan abarcado claramente todas las dimensiones de la problemática de la Conservación necesarias para entender el valor de nuestra fauna autóctona y la necesidad de conservar los ambientes naturales de nuestra provincia. Lamentablemente, es poco lo que queda. Por eso, ¡no perdamos más tiempo!

Emma E. Bonino